| ||||||||||||||||
1. Un sueño regular
Para que tu hijo pueda concentrarse, sus neuronas tienen que tener tiempo de “recargarse”. Para ello, hasta los 11 años, necesita al menos diez horas de sueño por la noche. La regularidad a la hora de acostarse también es importante para la concentración. Los fines de semana, no la rompas dejándole acostarse tarde, porque le costará recuperar el ritmo y el cansancio se acumulará.
2. Verdaderos momentos de intercambio
Si a tu hijo le cuesta concentrarse, juega más con él, dedícale más tiempo. Eso permite tejer los circuitos del lenguaje, la escucha y la atención. Al jugar contigo, interactúa y ejercita su concentración en las palabras que pronuncias. Es mejor dedicarle varios ratos cortos, mano a mano, que un rato largo, en el que os pueden interrumpir o puedes no estar plenamente disponible para él.
3. Una alimentación equilibrada
No hay concentración sin una alimentación adaptada. Lo que se recomienda de forma ideal es comer pescado tres veces por semana, porque contiene Omega 3, bueno para el funcionamiento de las neuronas. Para desayunar, dale leche, cereales (por los minerales) y zumos de fruta. Si el niño prefiere tostadas, deben ser ligeras: con mantequilla o mermelada, pero no con las dos cosas. Si el desayuno es demasiado copioso puede ralentizar su atención, porque toda la energía estará concentrada en la digestión. Si no tiene hambre, dale una bebida láctea de camino al colegio para que no sufra hipoglucemia.
4. Los deberes, a su hora
Para aprovechar la concentración del día, el niño tiene que hacer los deberes al volver del colegio, después de merendar, sin encender antes la televisión o el ordenador. Si los empieza tarde, estará cansado y el tiempo dedicado a los mismos se alargará. Los fines de semana, conviene que los haga el sábado por la mañana, después de desayunar. No es bueno esperar hasta la media tarde del domingo, no es en absoluto el mejor momento para concentrarse.
5. Nada de reprimendas al acostarse ni antes de ir al colegio
La concentración exige serenidad en el plano afectivo. Para trabajar bien durante el día y descansar bien por la noche, tu hijo no debe estar estresado o alterado. Si lo has reñido, reconcíliate con él antes de despedirte por la mañana o antes de que se acueste por la noche.
No hay comentarios:
Publicar un comentario