sábado, 27 de enero de 2018

sábado, 6 de enero de 2018

La sinfonía de los juguetes


El mundo de la infancia ha suscitado siempre el interés de los artistas. Unas veces como fuente de inspiración de sus obras; otras como destinatario de las mismas. El campo de la música no es una excepción, y así encontramos composiciones famosas como la nana de Brahms, las Escenas de Niños de Schumann, o el Rincón de los Niños de Debussy. Hoy hablaremos de otra de estas piezas famosas: la Sinfonía de los Juguetes.

La Sinfonía de los Juguetes es una obra típicamente dieciochesca, a la vez galante y educativa. La obra, compuesta de tres partes (Allegro Tempo di menuetto, Allegro moderato) forma parte de los repertorios más populares, y ello se debe a que incorpora como instrumentos objetos ajenos a la música y que resultan muy familiares al oído, como son el reloj de cuco, la carraca o un silbato que imita a los pájaros. Esta incorporación resulta chocante y divertida para el oyente. A los niños les resulta también graciosa la audición de esta pieza pues estos sonidos les resultan cercanos; desde ese punto de vista, es una pieza muy didáctica para atraer a los niños al mundo de la música. Este elemento que podemos llamar “fácil” es lo que, paradójicamente, suele apartar a esta pieza de los programas de las grandes salas de conciertos, pues el público tiende a considerarla una obra menor, cuando no es así.

Lo más curioso de esta obra, no obstante, no tiene que ver con su calidad sino con su autoría, que viene siendo discutida desde hace años. Tradicionalmente fue atribuida al austríaco Franz Joseph Haydn. Ello fue debido en parte a su gran producción de sinfonías, y al estilo amable de la pieza. Sin embargo, hace ya unos años se dio por sentado que la sinfonía era obra del padre de Wolfgang Amadeus Mozart, Leopoldo Mozart. Según esta teoría, Leopoldo habría creado una composición en la que pudieran tener parte sus varios hijos. Recordemos que Leopoldo tuvo varios hijos que aprendieron música (aunque sólo Wolfgang y Marie Anne pasaron de la infancia). También se apoya esta teoría en el hecho de que Leopoldo escribiera tratados de enseñanza del violín, lo que demostraría su afán pedagógico.

Sin embargo, en los últimos tiempos parece haberse descubierto la verdadera autoría de la Sinfonía de los Juguetes. Correspondería a Edmund Angerer, un monje benedictino nacido en el Tirol en 1740. Esta autoría se basa sólo en una carta encontrada en 1992, lo que algunos autores consideran insuficiente como para desbancar la atribución a Leopoldo Mozart.

En cualquier caso, parece obvio que la finalidad de introducir objetos no musicales en esta sinfonía pretendía demostrar que la música puede ser algo más cercano de lo que parece. Esto mismo es lo que transmiten otros grupos del espectáculo, como pueda ser el genial conjunto argentino Les Luthiers. De una manera más modesta, existen experiencias particulares que inciden en esta cuestión; es el caso de la Orchestra Fireluche, ubicada en Gerona, que utiliza hasta cien elementos musicales entre instrumentos y objetos reciclados (incluyendo trompetas o pianos de juguete, sierras, botes…). Esto constituye toda una lección sobre el arte y sobre la capacidad de los objetos de generar emociones a partir de la imaginación. Como experiencia educativa presenta un potencial muy considerable.


lunes, 1 de enero de 2018

David el gnomo


Cuando miramos al pasado, buscando referencias sobre series infantiles, es más que probable que muchas miradas se vuelvan hacia ‘David, el Gnomo’, una serie que ha sido considerada como un referente educativo que marcó la infancia de toda una generación. Sin duda se trata de una de las series de dibujos animados que más destacó en la década de los 80, justo en el momento en que TVE comenzó a incluirla en su programación.

‘David, el gnomo’ se estrenó en 1985, aunque contó con un buen número de reposiciones en años sucesivos que demostraban la buena acogida que había tenido entre sus espectadores. El éxito de la ficción, de una sola temporada de 26 episodios de unos 20 minutos de duración cada uno, provocó la realización de un buen número de secuelas, tanto en formato series de televisión como en películas de dibujos animados, aunque ninguna consiguió que olvidáramos las aventuras de la historia original. Actualmente, Clan TV tiene los derechos de emisión de ‘David, el gnomo’ aunque la serie también está disponible en DVD.

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La serie nos presentaba a un grupo de gnomos, todos ellos de aspecto bonachón. Medían unos 15 centímetros de altura y pesan 300 gramos aproximadamente. Todos ellos siempre van ataviados con ropa sencilla y un clásico gorro cónico que viven en familia y velan por el bienestar del medio ambiente. La serie se centra en el personaje de David, un gnomo de 399 años, que trabaja como médico y que vive en una madriguera bajo un árbol junto a su esposa Lisa. Ambos personajes destacan por tener una personalidad bondadosa y agradable e irán mostrando a los espectadores las particularidades de su especie.

Dependiendo de dónde vivieran, podíamos encontrarnos a diferentes gnomos. Entre ellos encontrábamos los de la casa, granja, dunas, bosque o los siberianos, entre muchos otros. Los gnomos normalmente se casan a los 100 años de edad y suelen vivir unos 400 años. Son siete veces más fuerte que un humano respecto a nuestro tamaño. Pero a pesar de ello deben ir con cuidado con el bosque para que los humanos no les pisen.

Suelen vivir en parejas en madrigueras bajo un gran árbol o en cuevas. Normalmente siempre acompañados de un grillo guardián y de dos ratones. Se alimentan únicamente los productos que les proporciona la naturaleza y pueden hablar con los animales.

Cuando van a hacer un largo viaje suelen ayudarse de animales del bosque, como por ejemplo los zorros. Conocen muy bien la naturaleza y tienen el poder de la telepatía.
La serie David el gnomo

Tal como os comenté al principio, la serie se caracteriza por transmitir unos valores muy importantes entre todos los niños. Siempre son mensajes muy fáciles de entender por el público más joven.

En el primer capítulo vemos imágenes reales de destrucción, contaminación, etc. Se quiere hacer hincapié en la importancia de respetar el medio ambiente y lo que sufre por culpa del hombre. En la serie nos presentaban diferentes animales y nos hablaban de sus costumbres, acercándonos la fauna a los más pequeños.

Durante la serie se presentan distintos animales y se dan datos sobre su comportamiento y costumbres, normalmente bien documentados. Lo mismo ocurre con las situaciones médicas a las que se tiene que enfrentar David el gnomo.

Los personajes principales


David era el personaje principal, tenía 399 años y su profesión era veterinario. También era un gran conocedor del bosque y de las plantas que en él moran, con las que hace curas para todo.

Lisa era su mujer, con su misma edad y un carácter afable como David. Sus hijos eran Noelia y Harold y se dedicaba a las labores del hogar. En algunas ocasiones pudimos verla acompañar a David en sus aventuras.

Swift era un zorro del bosque, el medio de transporte de David cuando tenía que hacer un largo viaje. Como en toda serie que se precie también había malos malísimos, en este caso, los trolls.

Los trolls eran Pot, Pat, Poopey y Holley, que era el único que tenía el don de pensar cosas coherentes. Son los archienemigos de los gnomos y su punto débil es la luz solar, que puede convertirles en piedra.

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VALORES


Si por algo destacaba ‘David, el gnomo’ es por esa apuesta de transmisión de valores positivos hacia la naturaleza que se llevó a cabo desde su primer episodio. Se trata de una serie que pretendía despertar un sentimiento ecológico entre sus espectadores, mostrando cómo es la vida de los animales y las plantas para que su audiencia comprendiera su importancia en el mundo y aprendiera así a respetarlos.

Algunas de las acciones de los seres humanos, aquellas que atentan contra el medio ambiente, siempre quedaban en entredicho a través de alguna trama de la serie, en la que se daba a entender que por culpa del hombre muchos seres de la naturaleza podían resultar heridos. Además, los espectadores también podían encontrar en los trolls, seres torpes y descuidados, esa representación humana que siempre encontraba la reprobación de sus actos en la actitud de los Gnomos.

La serie también destacaba por esa relación agradable que los gnomos mantenían entre ellos y la actitud positiva con la que los personajes se enfrentaban a las distintas aventuras que tenían por delante, donde el cariño y el respeto estaban muy presentes. Quizá sea esta una de las características que más se destacaba de la personalidad de sus protagonistas, que también ponían en valor la importancia de la inteligencia para resolver los problemas que les rodeaban.

Por último, y no menos importante, ‘David, el gnomo’ fue capaz de mostrar lo imprescindible que podía ser cualquiera independientemente de su tamaño, algo que dejaba patente la cabecera de la serie a través de la frase “Nadie es mejor por ser más grande”. Esta fue la gran idea que consiguió transmitir la ficción, gracias a su capacidad para enseñar las habilidades de sus protagonistas pese a que solo medían 15 centímetros de altura.