Si tienes la suerte de tener un niño, probablemente conocerás esa alegría que se siente cuando ves que tus pequeños se dan un descanso después de estar todo el día corriendo y por fin se sientan un rato a leer, escribir o colorear.
Mientras que todo eso nos da a los padres tranquilidad y un poco de paz, esas actividades a primera vista inofensivas podrían dañarles con el paso del tiempo.
Ese daño no tiene nada que ver con los lápices de colores o libros, sino con la forma en la que tus hijos se sientan.
Si miras por encima de la pantalla de tu ordenador, puede que veas a tu hijo sentado con las piernas en posición “W”. Esta postura les encanta a los más pequeños por que suele ser muy cómoda y les da bastante estabilidad a la hora de sentarse.
Muchos de nosotros cuando éramos pequeños, nos hemos sentado con esa posición conocida como “Posición W” mientras pasábamos el tiempo jugando o viendo la televisión
Mediante esta postura, con las piernas sobresaliendo por los lados, los chicos ganan estabilidad durante sus sesiones de juego.
Desafortunadamente, esta postura puede pasar factura con el paso de los años. Las consecuencias pueden ser trastornos ortopédicos, problemas de desarrollo y es dañino para nuestra postura corporal.
Así se comporta la postura de un niño cuando se sienta en la posición W. Sentarse de esta manera obstaculiza su capacidad para sentarse con la espalda recta, lo que debilita los músculos posteriores además tensa nuestras caderas, rodillas y tobillos.
Esta posición es realmente preocupante, en especial en los niños que aún están creciendo, ya que pueden tener serios problemas en el tronco
Y esto es lo que ocurre cuando los pequeños se sientan de rodillas. Esta posición les ayuda a estabilizarse y apoya las regiones lumbares de la espalda, descansando todo el peso.
Otra gran alternativa favorita de los niños:
Sentarse con las piernas cruzadas es muy cómodo y crea un ambiente de diversión entre amigos!
Mientras que los niños puedan sentirse más cómodos sentándose en la posición W ahora mismo, te lo agradecerán algún día cuando crezcan con sus articulaciones y columna vertebral saludables.
Es increíble cómo un simple cambio ahora puede salvarlos de un gran dolor posteriormente, ya que se ahorrarán el acortamiento y rigidez de los músculos de la cadera y piernas, que desembocan en dolores de espalda y pelvis durante todo el desarrollo de sus cuerpos.
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