martes, 25 de julio de 2017

Plante del Racing de Santander


La noche del 30 de enero de 2014 puso al Real Racing Club en el epicentro del panorama futbolístico mundial y que propició el comienzo de una nueva etapa en la entidad verdiblanca. Los futbolistas y técnicos del primer equipo, con el respaldo de Cantabria entera y los aficionados al balompié de toda España, decidieron no disputar el encuentro de vuelta de los cuartos de final de la Copa del Rey ante la Real Sociedad en Los Campos de Sport al no haberse producido la salida del club del entonces Presidente, Ángel Lavín, y su Consejo de Administración.


El viejo Racing de Santander, un club centenario con la vitrina vacía, celebró sin jugar su mayor victoria. La de la dignidad ante el esperpento. Un triunfo colectivo de una ciudad y un equipo, escenificado por un grupo de chavales sin cobrar desde hace cuatro meses que se rebeló ante los desmadres del fútbol moderno. Cumplió su amenaza la plantilla verdiblanca y no disputó el partido contra la Real Sociedad. Sacaron los donostiarras de centro y los jugadores locales se arremolinaron en el centro del campo, se abrazaron y se plantaron. A los 40 segundos, los chicos de la Real tiraron el balón fuera. El Racing no reanudó el juego. El árbitro le consultó a Mario, capitán de los cántabros, y este le confirmó el plante. No había partido. Igual que no había rastro del presidente, Ángel Lavín.

Fue un momento importante para el club y la afición, donde se dijo "Basta". El plante ante la Real fue un punto de inflexión para el fútbol español, una rebelión en toda regla contra sus desmadres secundada por una modesta plantilla y toda su afición.



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