domingo, 13 de marzo de 2016

Cómo enseñar las normas en clase

¿Quieres que las normas de clase sean efectivas? ¿Crees que respetar las normas de clase mejorará en clima en el aula? ¿Quieres saber si tu forma de enseñar las normas de clase es efectiva? Si es así, estaré encantado de que me acompañes en la lectura de este artículo. ¡Comenzamos!



Cómo conseguir que las normas de clase sean efectivas.

A la hora de abordar las normas de clase, todos los centros educativos parten o suelen partir del reglamento de régimen interno de su centro, es decir, parten del documento relacionado con las normas de convivencia. Dichas normas están pensadas para todo un centro, independientemente del nivel o curso en el que estén tus alumnos. Son normas generales que lo que pretenden es conseguir una buena convivencia tanto dentro como fuera de las aulas.

Aún así, en muchos centros que se rigen por estas normas no acaban de ser todo lo efectivas que se desearía. Y esto se debe a una concepción tradicional de las normas.

¿Por qué el “reglamento tradicional” de normas no siempre es efectivo?

Aquí van algunas razones por las que las normas de clase pueden no funcionar:

- Son demasiado teóricas.

- El alumno no les ve aplicación en el aula o centro escolar.

- Todas las normas tienen la misma importancia.

- Son excesivas, es decir, son más de diez.

- El alumno no las siente como suyas, piensa que no van con él.

- Hay normas innecesarias o redundantes.

- El alumno no participa en la creación de dichas normas de clase, es decir, le vienen dadas por el docente o por el equipo directivo del centro.

- Se dan todas las normas en una misma sesión.

Estos criterios de lo que considero normas tradicionales están muy instauradas en los centros educativos. Esto no significa que no sean efectivas, pero creo que de lo que se trata es de dar una vuelta de tuerca a dichas normas para que se conviertan en normas de clase efectivas y útiles.

Entonces,

¿cuál es la mejor manera de enseñar las normas de clase?

10 Consejos para enseñar de forma efectiva y con éxito las normas de clase.

Aquí van algunos consejos o pautas que creo que pueden mejorar el buen cumplimiento de las normas de clase. Antes de continuar, me gustaría dejar claro que este artículo no tiene la intención de dar a conocer qué normas deberían aplicarse a los centros educativos. Dichas normas son normas que deben elaborar los centros y sería realmente conveniente que las consensuaran con toda la comunidad educativa. Hecha esta aclaración, aquí van algunas consideraciones sobre cómo gestionar las normas de clase en un aula:

1. Normas progresivas. Se trata de evitar dar todas las normas de golpe y en la misma sesión lectiva. Si das todas las normas en una misma sesión, estas suelen quedar muy diluidas y al alumno le cuesta retenenerlas.

2. De lo urgente a lo importante. Es fundamental enseñar a los alumnos que no todas las normas de clase tienen la misma consideración. Si estas normas se enseñan de forma progresiva, podrá conseguirse que el alumno aprenda distinguir entre las esenciales y las importantes.

3. Menos es más. En función de la edad de tus alumnos, el número de normas debería ser distinto. Según la edad se podría optar por 3, 5 ó 10 normas de clase. En este sentido creo que las normas de clase nunca deberían se más de 10. Y si me apuras, creo que el número 5 sería un número excelente.

4. De la teoría a la práctica. En muchas ocasiones se piensa que con enunciar una norma de clase esta norma ya queda fijada en el grupo de alumnos. Desgraciadamente, esto no suele ocurrir. De nada sirve explicar las normas de clase. Las normas de clase no se explican. Las normas de clase deben enseñarse y la mejor manera de hacerlo es a través de la puesta en práctica, es decir, dar a conocer casos prácticos en los que los alumnos se puedan sentir identificados. Sería bueno que fueran los alumnos los que explicaran casos prácticos que conozcan.

5. Me puede pasar a mí. El alumno hará suya una norma si es consciente de que esa norma de clase le puede afectar directamente a él en algún momento del curso escolar. ¿Qué significa esto? Que debes intentar que el alumno interiorice esa norma y se la haga suya.

6. De la palabra al texto. Para fijar una norma de clase no es suficiente con enunciarla en voz alta. Por tanto, de lo que se trata es de fijar dichas normas de clase por escrito. Una actividad que funciona realmente bien es colocar a los alumnos en grupos y que cada grupo trabaje con una norma determinada. Dicho trabajo podría ser un collage, una norma dibujada de una situación determinada, etc. Una vez trabajadas estas normas, cada grupo a través de un portavoz la explicaría al resto de sus compañeros. Finalmente, se podrían colgar en las paredes del aula.

7. Acción y reacción. Otro aspecto que me gustaría destacar a la hora de dar a conocer las normas de clase tiene que ver con las consecuencias de no cumplir con dichas normas. De nada sirve enseñar una norma si el alumno desconoce cuál es la consecuencia de incumplirla. En este sentido, hay que ser muy claro porque cada derecho implica en cierto modo un determinado deber.

8. Las normas y sus circunstancias. Es importante hacer ver a los alumnos que el cumplimiento de una norma va en consonancia a las circunstancias que pueden rodear dicha norma, circunstancias que tienen que ver con la edad, el grupo, la materia, el entorno escolar, etc. De ahí que sea realmente útil hacer supuestos con el grupo y ver los posibles matices que toda norma encierra.

9. Las normas también se hacen mayores. Otro aspecto que me gustaría destacar es que las normas no deberían ser algo que se enseña solamente a principio de curso y quedan como algo inamovible. La normas deben ser algo vivo y deberían estar sujetas a los cambios que se producen por determinadas circunstancias. Esto quiere decir que se deberían poder eliminar, incorporar, matizar e cambiar su orden importancia.

10. La finalidad de una norma. Es importante hacer hincapié en la importancia de no sólo enseñar una norma, sino de transmitir a los alumnos qué finalidad tienen cada una de las normas trabajadas en el aula. Entonces, ¿para qué sirve una norma? Una norma debería ayudar a un alumno a crecer en su desarrollo personal, a asumir determinadas responsabilidades y a tomar las mejores decisiones.


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