martes, 19 de abril de 2016

Disgrafía: 9 Consejos para ayudar a niños con disgrafía




Escribir mal es un problema que no sólo afecta a los niños y jóvenes, también afecta a los adolescentes y adultos. Además, tiene muchas consecuencias negativas que afectan tanto al plano personal, escolar y profesional. 




A continuación se indican algunas situaciones prácticas: 

- Baja la nota – los profesores no pueden calificar los exámenes porque no entienden la letra de sus alumnos. 

- Crea inseguridad ante exámenes importantes – selectividad… 

- No se aprecia el nivel creativo al redactar -baja el rendimiento escolar- Nos hace tener complejo -no escribimos delante de gente- 

- Puede afectar nuestro perfil profesional -cada día se utiliza más el letra en selección de personal.

¿Por qué se escribe mal?

La respuesta es múltiple pero, básicamente, los factores pueden ser:

• Por tener una deficiente psico-motricidad fina.
• Por coger mal el bolígrafo, mala postura, mover mal el brazo, etc
• Además, nuestra escritura revela nuestra personalidad, por lo tanto refleja aspectos emocionales o mentales que inciden directamente sobre nuestra letra:
Impaciencia.
Nerviosismo.
Mal organización.
Desorden.
Miedos.
Complejos, celos…
Hiperactividad.
Bloqueos emocionales…


Tres actividades que se pueden trabajar en la casa

Si entendemos la disgrafía como un trastorno que afecta la forma de la escritura o la calidad de la grafía, no podemos dejar de mencionar el libro “Niños con Necesidades Educativas Especiales” (Ediciones UC, 2006), donde se señala explícitamente que “tanto para prevenir como para corregir las dificultades de la disgrafía se pueden utilizar una serie de técnicas, que están muy bien ejemplificadas en el texto “Trazo a Trazo” de Condemarín y Chadwick (Ediciones Andrés Bello, 2000)”. Algunas de estas técnicas se pueden trabajar fácilmente en la casa con el apoyo de los padres:

1. Técnicas caligráficas, destinadas al aprendizaje de las letras, al ligado y a la regularidad de la escritura, en otras palabras, a lograr una escritura rápida y legible. Por ejemplo: pedir al niño que haga una serie de ejercicios en un cuaderno de caligrafía, muchas veces estos ejercicios ya vienen hechos en algunos cuadernos y basta con motivar al niño a desarrollarlos.

Pero, tal como explica Patricia Estay, educadora diferencial, “no se trata que el niño escriba caligrafías en forma excesiva, sino que venza las dificultades que impidan una adecuada escritura… Los nuevos enfoques hacen posible que los tratamientos no sólo estén basados en la ejercitación caligráfica (hasta lograr en el niño la incorporación de patrones correctos de escritura), sino más bien deben considerar aspectos motivacionales ya que, además de ser una actividad monótona para el niño, existen habilidades visoperceptivas y grafomotoras que subyacen al acto de escribir”.

2. Técnicas pictográficas, cuyo objetivo es desarrollar el agrado por la actividad gráfica y favorecer el hábito de una postura adecuada, la fluidez y distensión del movimiento motor. Por ejemplo: pedir al niño que haga un dibujo.
Otras actividades en esta área, que menciona Patricia Estay, consisten en modelar con plasticina o rellenar un dibujo, todo lo cual contribuye a la coordinación visomotora.

3. Técnicas escriptográficas, que pretenden mejorar las posiciones y movimientos gráficos. Por ejemplo: pedir al niño que haga trazos continuos con deslizamiento de todo el antebrazo y de la mano sobre la mesa, al escribir una tarjeta aprovechando instancias como la Navidad o el Día del Padre. Una actividad tan simple como ésta sirve para adoptar una postura correcta, distender el brazo y la mano y realizar un movimiento en forma regular y rítmica.
Es importante cautelar una correcta posición del cuerpo, del papel y de los materiales que se ocuparán.

A continuación te presentamos una serie de ejercicios que podrás hacer con tu hijo, los cuales le ayudarán a mejorar su condición. Recuerda que deben actividades gratas para ellos, así que no las hagas impuestas o cuando el niño no tenga ganas pues sus resultados no serán los mejores.


ACTIVIDADES

1 Escribir un párrafo. Elige cualquier tema y escribe al menos cinco oraciones acerca de eso. Si no tienes creatividad, simplemente copia un pasaje de un libro o un periódico. El objetivo es darte una idea de cómo se tu caligrafía habitualmente. Mientras más escribas, más preciso será tu análisis.

2 Identificar las formas básicas. ¿Tu escritura está llena de lazos y curvas? ¿Básicamente tiene una apariencia de líneas rectas y rígidas? ¿Tienes bordes duros o tus letras se mezclan?

3 Busca una inclinación. El ángulo en el que escribes tus letras puede ser decisivo para tu escritura. ¿Es tu caligrafía es perpendicular a las líneas debajo? ¿Cae hacia la izquierda o hacia la derecha de forma significativa? Una leve inclinación típicamente no es ningún problema, pero demasiada puede dificultar la lectura.

4 Revisar la alineación. ¿Tus palabras tienden a escribirse en un ángulo hacia arriba o hacia abajo? ¿Se superponen con las líneas de la página? ¿Está cada palabra angulada individualmente o tus líneas de texto completas se desvían en la misma dirección desde la línea?

5 Mirar el espaciado. La distancia entre las palabras y las letras ayuda a determinar la calidad de tu escritura. Debe haber suficiente espacio entre cada palabra para que entre la letra “o”. Usar más o menos espacio que éste puede ser un indicador de mala caligrafía. Presta atención también a la cercanía de cada letra individualmente. La escritura estrecha o letras que son espaciadas demasiado distantes unas de otras pueden ser difíciles de leer.

6 Poner atención al tamaño. Resulta que el tamaño sí importa, al menos en la escritura. ¿Tu escritura llena por completo el espacio entre dos líneas? ¿Puedes escribir todas tus palabras en menos de la mitad del espacio entre líneas? Tomar una gran cantidad de espacio o usar demasiado poco son dos cosas a evitar.

7 Analizar la calidad de línea. Mira las líneas que componen tu escritura. ¿Están trazadas con fuerte presión o son tenues y difíciles de leer? ¿Están trazadas rectas o hechas garabatos y disparejas?

8 Determinar sus fallos. Considerando todo lo mencionado anteriormente, ¿qué es lo que tu escritura necesita para mejorar? Posibles cambios pueden hacerse a la forma de las letras, el espacio, la alineación, el tamaño de la escritura, la calidad de línea y la inclinación de las palabras. Cambiar uno o más de estos aspectos mejorará la legibilidad de tu escritura en general.

9 Observar otros estilos de escritura. Así que sabes que sus letras son demasiado grandes y tus formas demasiado redondeadas. ¿Ahora qué? Ve a sitios web de tipos de letras y busca ejemplos de escritura que te gusten. Haz una copia de cada estilo de escritura que te sea factible imitar. No temas buscar ejemplos que puedan variar de forma significativa de tu escritura, ya que puedes escoger algunos aspectos de diferentes escrituras en lugar de adaptar completamente una nueva.


En el enlace podéis encontrar fichas para descargar.

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