Peter Pan (Robin Williams) es un prestigioso abogado que vive absorto en su trabajo. Tiene una encantadora familia a la que apenas dedica tiempo, porque se ha olvidado de lo que significa la infancia. Sin embargo, cuando sus hijos son secuestrados por su antiguo enemigo, el Capitán Garfio (Dustin Hoffman), y llevados al País de Nunca Jamás, se verá obligado a viajar a ese reino encantado, donde, con la ayuda de Campanilla (Julia Roberts), podrá recuperar no sólo a sus hijos, sino también al niño que un día fue.
Esta es una de esas películas cuyo objetivo es hacernos soñar en cuando eramos niños, y nos ilusionábamos viendo la magistral obra de Disney "Peter Pan". En esta ocasión se trata de una visión muy particular, de qué pasaría si verdaderamente ese niño que prometió no crecer nunca jamás un día se pensase mejor las cosas y decidiera crecer. Pues eso es lo que es la película, con unas actuaciones altamente lacrimógenas, en el buen sentido de la palabra, ya que la emoción recorrerá tu corazón desde casi los primeros instantes de la película, haciendo que el resto se te vaya alguna que otra lágrima en el transcurso de la cinta.
Una película que si bien no deja de ser de puro entretenimiento, es un entretenimiento sano, cargado de "moralinas" que hacen que de paso aprendas algunos valores en el camino.
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