El 4 de julio, se celebra el Día de la Independencia en los Estados Unidos, de sus colonizadores ingleses, convirtiendo a esta fecha en el cumpleaños de la Nación, desde el año 1776.
Se celebra como fiesta federal a partir del año 1941 y es, además, el día Nacional de los Estados Unidos.
El decreto establecido en la Declaración de la independencia de los Estados Unidos, es de suma importancia para la historia este país, además de simbolizar conceptos como la libertad de expresión, de religión y de soberanía, tan pilares de la cultura norteamericana.
Este documento, que describe los derechos humanos que tienen todos los habitantes del territorio estadounidense, se encuentra expuesto al público en Washington DC, en los archivos nacionales.
La Declaración de la Independencia es un manifiesto que explica la decisión de independizarse que tomaron los representantes de las trece colonias que conformaban la nación tomada por Gran Bretaña hasta 1776.
Su autor principal fue Thomas Jefferson y fue aprobada el 2 de julio en una sección privada en el Congreso, para luego ser oficializada el 4 del mismo mes.
Los estadounidenses celebran el 4 de julio de diferentes formas, según la parte del país donde residen. En Texas adoran una jornada de rodeo, en California las escapadas a las playas pacíficas, las zonas de interior, un buen picnic o barbacoa a base de hamburguesas, costillares o hot dogs, mientras los festivales de jazz invaden Kentucky y la declaración de Independencia es leída, en directo, en el ayuntamiento de Boston; cada lugar adapta la celebración a su particular visión.
Las parades también son reclamos típicos en grandes ciudades, mientras los concursos invitan a utilizar la sandía como motivo de competición hasta dar con el mejor tragón, siendo ésta la fruta más consumida durante el Día de la Independencia.
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Sin embargo, el gran highlight de todo buen 4 de julio que se precie son los fuegos artificiales. El lugar más destacado es la Estatua de la Libertad, en la isla de Manhattan, un monumento íntegramente relacionado con el sentido de independencia para los americanos, por lo que los fireworks disparados en este lugar adquiere un notorio protagonismo con más de 22 toneladas de mercancía pirotécnica, mientras otros míticos lugares como el Lago Michigan en Chicago, la bahía de San Francisco o la Piscina Reflectante al Monumento de Lincoln de Washington DC también dejan escapar sus propios fuegos.
Básicamente, cualquier celebración del 4 de julio comienza con el despliegue de la bandera, una visita a la parade más cercana seguido de cualquier fiesta familiar o entre amigos y, como colofón, los obligados fuegos artificiales. Si te encuentras en territorio estadounidense, no dudes en celebrar la particular fiesta de celebración para felicitar a Estados Unidos por sus 240 años de vida.
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