Zipi y Zape, los hermanos Zapatilla, son los niños más populares del tebeo español. Estos gemelos creados por Josep Escobar en 1948 para la revista Pulgarcito se convirtieron en sus casi 5 décadas de vida en 2 de los personajes más famosos de la Escuela Brugera, y fueron un icono para varias generaciones de lectores, tanto infantiles como adultos.Pícaros y desvergozados,el espíritu que siempre los animaba era el de ayudar al prójimo, aunque suexceso de celo acabase provocando cierto caos a su alrededor.
Este par de gemelos, que se distinguen entre sí por ser uno moreno (Zape) y otro rubio (Zipi), se caracterizaban principalmente por las endiabladas travesuras en que incurrían a la menor ocasión. Los mismos nombres de los protagonistas provienen de la palabra zipizape, que significa "alboroto". La personalidad de Zipi y Zape es muy simple, son muchachos traviesos e inquietos, lo que no quita que tengan un buen corazón. De hecho, una obsesión suya es lo que ellos llaman "Hacer una buena obra". Generalmente el resultado es desastroso y suelen acabar sus historietas con alguien persiguiéndoles, o siendo recluidos por su padre en el cuarto de los ratones.1 En cualquier caso, los castigos que recibían eran mucho más crueles en sus primeras historietas.3 Y es que el Decreto de 24 de junio de 1955 sobre ordenación de la prensa infantil y juvenil, había obligado a su autor a suavizar la crudeza de la serie.2
Otro rasgo a destacar es que ambos son muy forofos del fútbol, deporte que practican constantemente, Zipi es del Real Madrid y Zape del FC Barcelona, como demostraron cuando en alguna historieta
Su creador, Josep Escobar, fue uno de los dibujantes de más éxito de la editorial Bruguera. Durante casi cincuenta años atrajo a miles y miles de jóvenes a unas historietas en las que los niños jugaban al balompié y eran genios del tirachinas mientras que los profesores los castigaban a estar de rodillas y con los brazos en cruz. Sus cómics pueden estar muy desfasados, pero conservan un interés, un “algo” indefinible que incluso ha animado a producir películas basadas en ellos.
Los cómics de Zipi y Zape parten del choque entre dos generaciones, padres contra hijos. Don Pantuflo es un pomposo catedrático de filatelia y colombofilia –el estudio de los sellos y el de las palomas– con perilla prusiana que educa a sus hijos con lecciones de vida pedantes y contradictorias. En sus primerísimas páginas los gemelos se tomaban al pie de la letra estas enseñanzas y de ese error nacía una travesura que el padre castigaba con una violencia exagerada: torturas, guillotina, bombas, aplastamientos, palizas…
La explicación del éxito de Zipi y Zape
No se puede negar que han sido los personajes de humor mejor de vendidos en la editorial Bruguera, solo por detrás de Mortadelo. Se han hecho películas de acción real basadas en ellos, videojuegos, una serie de dibujos animados, juguetes… Tienen «algo» que ha seducido a varias generaciones. Entre 2000 y 2001 a Joaquín Cera y a Juan Carlos Ramis les encargaron encontrar ese «algo» y recuperarlo. Sus ocho álbumes de Zipi y Zape fueron fieles al original, al costumbrismo y al humor blanco, pero trasladados a la actualidad. Las ventas no debieron convencer a la editorial y la colección fue cancelada.
Hubo un segundo intento, la adaptación al cómic de Zipi y Zape y el club de la canica (2013) a manos de Jesús de Cos y José Luis Reyes, que había sido el entintador de las últimas historietas de Escobar. Con la película, el director Oskar Santos buscó la forma de reinventar estos personajes como iconos con un interés actual, y quizás lo consiguió porque fue la producción española más vista ese año en nuestro país. No debió de irle igual de bien al cómic porque no se ha anunciado una adaptación de Zipi y Zape y la isla del capitán (2016)..
¿Por qué unos cómics calan entre el público y otros no? ¿Qué hacía Escobar para atraer a varias generaciones hacia sus páginas? Hasta ahora nadie ha sabido pillar el truco a estos personajes como su propio creador, y por eso Ediciones B sigue cuidando que su trabajo siga disponible en las librerías. Sin embargo, imagino que en el futuro también se mantendrá vivo su recuerdo con nuevos álbumes realizados por dibujantes a la altura, autores que volverán a encontrar ese “algo”.
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